martes, 24 de noviembre de 2009

Kuhn: la legitimación del conocimiento y sus consecuencias, por Féliz Gómez Román

Para comprender mejor, es importante hacer un resumen de la teoría de Kuhn y como influye en la legitimización que plantea Weber. Es por esto que comenzare con un pequeño resumen del libro de Kuhn denominado “La Estructura de las Revoluciones Científicas”[1] , su influencia en el campo científico y también en los ámbitos coloquiales. Resulta revelador que términos centrales característicos de ERC, tales como “paradigma”, “ciencia normal” y “revolución científica” hayan pasado a formar parte del vocabulario corriente no sólo, entre los estudiosos de la ciencia sino en las mismas comunidades científicas, e incluso en medios menos académicos[2].

Comencemos por exponer la descripción general del desarrollo científico que Kuhn efectúa. En toda la ciencia existen dos fases principales de desarrollo: un período de ciencia inmadura, caracterizado por la ausencia de un ‘paradigma’ común, y un período de ciencia madura en el que la investigación se realiza – salvo en los momentos de crisis – bajo el dominio de un ‘paradigma’ común. A su vez dentro de la ciencia madura, el desarrollo se produce fundamentalmente mediante cambios revolucionarios de ‘paradigma’. Al período de investigación bajo un ‘paradigma’ Kuhn lo llama “ciencia normal” y al período de crisis revolucionaria que comporta el cambio de ‘paradigma’ lo llama “ciencia extraordinaria”. El paso de la ciencia inmadura a la ciencia madura es descrito por Kuhn no como el surgimiento de un paradigma donde antes no lo había, sino como la victoria completa de un paradigma sobre otros paradigmas rivales.

Los períodos de ciencia normal son los que conforman la mayor parte de la actividad científica. En ellos, como hemos dicho, la investigación se desarrolla bajo el dominio de un paradigma. Pero llegado el momento de definir que es para Kuhn el término paradigma, la respuesta no es simple, a pesar de la importancia que posee este concepto en su planteamiento, Kuhn no siempre lo utilizó con precisión. Es más se sostiene que en la ERC el término de paradigma que llega a emplear Kuhn en el desarrollo del libro alcanzan más de 20 denominaciones distintas. En una conferencia de 1961, previa a la publicación del libro, Kuhn adelanta dos concepciones para este término. La primera hace alusión a una realización científica fundamental que incluye a la par una teoría y algunas aplicaciones ejemplares a los resultados del experimento y la observación, en la cual cuyo término queda abierto, y deja aún por hacer toda suerte de investigaciones. Y la segunda, es una realización aceptada en el sentido de ser recibida por un grupo cuyos miembros no intentan ya rivalizar con ella ni crearles alternativas.

En la posdata de 1969 Kuhn prefiere llamar a los paradigmas en el sentido amplio de matrices disciplinares, y éstas incluirían como componente propio a los paradigmas en el sentido restringido de problemas resueltos utilizados como modelo. El término ‘matriz disciplinar’ no tuvo finalmente fortuna y no logró imponerse al ya ampliamente difundido de ‘paradigma’.

En concreto Kuhn señala cuatro pilares principales en una matriz disciplinar:

1.- Generalizaciones Simbólicas: Son las leyes centrales del paradigma, como las tres leyes del movimiento de la mecánica newtoniana. El compromiso sobre ellas por parte de la comunidad científica se realiza tomándolas sin interpretar, es decir, desprovistas de significado empírico. Así, podríamos añadir, todos los científicos aceptan las mismas ecuaciones de la mecánica cuántica, aunque haya discrepancias en lo que concierne a su interpretación.

2.- Principios Metafísicos u Ontológicos: los cuales se expresan en los modelos que los científicos utilizan para representar su campo de estudio. Algunos de estos modelos llevan consigo un compromiso ontológico literal con la existencia de ciertas entidades o procesos, como cuando se afirma que ‘todos los fenómenos perceptibles se deben a la interacción, en el vacío, de átomos cualitativamente neutrales; o bien, de manera alternativa, a la materia y a la fuerza; o bien, a los campos’.

3.- Ejemplares. Son soluciones de problemas concretos aceptados por la comunidad científica como modelos para resolver otros problemas similares, es decir, como paradigmas en el sentido habitual del término.

4.- Valores. El consenso sobre ellos entre diferentes comunidades de científicos es mayor incluso que sobre las generalizaciones simbólicas y sobre los modelos, y debido a ello cobran una especial importancia en los períodos de crisis, cuando la comunidad científica se encuentra dividida sobre esos otros elementos. Algunos de tales valores son el alcance (extensión del campo de aplicaciones de una teoría), la fecundidad (capacidad de generar nuevas soluciones y nuevas líneas de problemas), la simplicidad (capacidad de una teoría para dar cuenta de fenómenos diversos de manera sistemática y con el menor número de supuestos), la consistencia (coherencia lógica, tanto interna como externa con otras teorías aceptadas), etc. ahora bien, aunque estos valores sean ampliamente compartidos, puede haber discrepancias a la hora de aplicarlos o de evaluar cuales son más importantes y que deben prevalecer sobre los demás. Estos valores metodológicos como los llama Kuhn, si los comparamos con los que se han propuesto en la tradición, no encontramos nada novedoso. Sin embargo, la novedad radica en afirmar que los sistemas vigentes de valores condicionan pero no determinan las decisiones de los científicos. Lo cual significa que aunque estos valores son la base efectiva de los criterios para evaluar teorías, sin embargo no funcionan como reglas mecánicas en su aplicación, no ambiguas en su sentido y capaces de producir un resultado único. De aquí que los valores compartidos no bastan para imponer a cada científico la misma elección. Pero que sucede cuando dos paradigmas se enfrentan y cada uno de ellos presenta falencias en alguno de los valores metodológicos antes mencionados, que sucede si uno de ellos es más simple pero carece de consistencia y el otro tiene la consistencia pero carece de fecundidad, como se obtiene el apoyo de la comunidad científica o mas bien como los científicos eligen un paradigma sobre otro. La respuesta es que de hecho intervienen otros factores, entre los cuales aparecen factores subjetivos, que pueden estar poco vinculados o incluso ser ajenos a la práctica científica de la comunidad que se trate. Estos factores se les conoce como Juicios Individuales, los cuales pueden ser, la trayectoria profesional y la experiencia de un científico en otras áreas de investigación, la familiaridad con otras prácticas o herramientas teóricas; también pueden influir supuestos del tipo metafísico e incluso convicciones ideológicas, políticas, económicos, jurídicos, religiosas en general de carácter cultural y social. Por otra parte ciertos rasgos de personalidad como el temor o el gusto por el riesgo también pueden tener peso en esta situación.

Es en este punto central que quiero detenerme y analizar, la supuesta emergencia de los paradigmas o matrices disciplinares, como bien lo expresa este punto, no se da solo por el hecho de que el conocimiento sea el mejor que se ha encontrado, sino que por intereses que la ciencia misma no puede controlar en su carácter de neutralidad del producto, que de ella se obtiene. Es por ello importante señalar que M. Weber hace alusión a la tesis de validación o legitimidad en el campo social, que puede ser aplicada al conocimiento científico y específicamente para la validación de los paradigmas que demuestran el poderío científico que dura en cuanto la matriz disciplinar siga vigente. Pero antes de hacer cualquier análisis es importante tener en cuenta la tesis planteada por Weber, la que podemos expresar de esta forma:

La legitimidad de un orden puede estar garantizada:
I.- De manera puramente íntima; y en este caso:
1) Puramente afectiva: por entrega sentimental
2) Racional con arreglo a valores: por la creencia en su validez absoluta, en cuanto expresión de valores supremos generadores de deberes (morales, estéticos, o de cualquier otra suerte)
3) Religiosa: por la creencia de que su observancia depende la existencia de un bien de salvación.

II.- También (o solamente) por la expectativa de determinadas consecuencias externas; o sea, por una situación de intereses; pero por expectativas de un determinado ‘género’.

Un orden debe llamarse:
Convención: cuando su validez está garantizada externamente por la probabilidad de que, dentro de un determinado círculo de hombres, una conducta discordante habrá de tropezar con una (relativa) reprobación general y prácticamente sensible.
Derecho: cuando esta garantizado externamente por la probabilidad de la coacción (física o psíquica) ejercida por un cuadro de individuos instituidos con la misión de obligar a la observancia de ese orden o de castigar su trasgresión.

Según lo expuesto, podemos señalar que la legitimización del conocimiento, absorbiendo y plasmando la propuesta de Weber al conocimiento científico, se va a producir por un carácter íntimo de la comunidad científica o por la expectativa de determinadas consecuencias. En tanto la parte íntima se ven reflejados tres puntos, uno de ellos es afectivo, el cual se puede ejemplificar de manera de la emoción que siente un discípulo a su mentor dentro del campo de la ciencia, que lo lleva a aceptar por afinidad con él la propuesta que el plantee. En el caso de lo racional con arreglo de valores, en cuanto a su validez absoluta, lo comparo con lo sucedido antes del giro copernicano, donde la creencia por un paradigma era absoluto y traspasaba mas allá de una simple teoría y se transformaba en una concepción del mundo, donde los valores éticos, morales, estéticos, por mencionar algunos se veían afectados. Y por último en la intimidad religiosa, se muestra la concepción científica de la edad media, donde todo circulaba en cuanto a las creencias de la inquisición y la búsqueda de la salvación, y si alguien osaba a negar de algún modo de esos compromisos ontológicos era severamente castigado.

En tanto la segunda división hace alusión como ya lo mencionamos a las consecuencias externas, intereses, o bien, expectativas de un determinado género, por lo que este orden por llamar o sintetizar los factores ya mencionados, hace distinción a lo que pueda generarse por convención, en tanto a las comunidades científicas deciden mantener o bien irrumpir sobra otra, o por derecho, que es cuando se hace uso de la fuerza con el fin de mantener una ideología, creencia o paradigma.

Pero no hay que olvidar que los que actúan socialmente también pueden atribuir validez legítima a un orden determinado.

En méritos de la tradición: validez de lo que siempre existió.
En virtud de una creencia afectiva (emotiva especialmente); validez de lo nuevo revelado o de lo ejemplar.
En virtud de una creencia racional con arreglo a valores: vigencia de lo que se siente como absolutamente valioso.
En mérito de lo estatuido positivamente, en cuya legalidad se cree.

Esta legalidad puede valer como legítima:
En virtud de un pacto de los interesados.
En virtud del otorgamiento por una autoridad considerada como legítima y del sometimiento correspondiente.

En cuanto a la legalidad de un pacto por los interesados, esto hace una fuerte conciencia en cuanto al conocimiento científico que se desarrolla actualmente, aunque no puedo afirmar que todo el conocimiento se rija de esa manera, si puedo presentar lo siguiente, el proceso capitalista que se vive en la actualidad ha generado tanto como la producción de medicamentos, como su comercialización un pacto de manera indirecta, que depende de lo que le paguen en virtud de lo que produzcan, por lo que los científicos están a la espera de lo que puedan recibir por el conocimiento que van a generar. Y en cuanto a lo concerniente al otorgamiento de una autoridad, eso se ve claramente el la introducción del Tractatus de Wittgenstein donde Russell se la firma, con lo que le da un valor agregado por ir impresa su rúbrica de, por determinarlo de alguna forma autoridad filosófica, lo mismo pasa en el caso de los discípulos o el conocimiento que apoya Einstein cuando construyen o crean la ciencia de la bomba atómica, le da un carácter superior por ir, asociada con una eminencia en la materia.

Esta legalidad como la sostiene Weber hace ver mas claramente que para cualquier tipo de validación, siempre hay una clase dominante superior que valide de algún modo, en este caso, el conocimiento científico, que va a imperar en el tiempo que dure la ciencia normal. Es por ello que de cierta forma todo este proceso de búsqueda tanto como lo demuestra Kuhn en ERC, la lucha del mejor paradigma o el posicionamiento de una matriz disciplinar sobre otra, y lo presentado por Weber, es que existe de algún modo una dominación científica[3] que se encuentra en este núcleo imperante que maneja el entorno como mejor afecte a sus intereses. Una relación similar plantea Feyerabend en “Adiós a la razón” cuando se refiere al principio del todo vale, en donde los científicos juegan un papel por denominarlos de algún modo de oportunistas. Con lo expuesto juzgo a la ciencia del carácter neutral que dice poseer el conocimiento científico, o bien el carácter neutral que se le otorga por tratarse de solo enunciados, como lo plantea en uno de sus publicaciones C. Verdugo sino que a ellos se les traspasa todo tipo de caracteres morales, éticos, etc., que durante el proceso de su elaboración adquieren. Es por ello que no todo el conocimiento científico se rige por esta mafia, pero sí una gran mayoría de éste y haciendo analogías rige en todo ámbito social, donde se pueda escoger u optar mediante un “proceso democrático”. Es por esto que los valores que identifica Kuhn como uno de los pilares fundamentales de la matriz disciplinar, abarca toda una concepción diferente, y creo que es el más importante a la hora de decidir el conocimiento imperante en el período de ciencia normal, porque de una u otra forma los científicos no pueden deshumanizarse y privarse de sus sentimientos, ideologías y creencias a la hora de hacer ciencia.

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[1] Me referiré como ERC a La estructura de las Revoluciones Científicas en adelante.
[2 ]Provocando así que la denominación de paradigma comenzara a tornarse ambiguo y a su vez demasiado manoseado o degenerado, por lo que Kuhn lo modifica a matriz disciplinar.
[3] Haciendo una analogía H. Marcuse, a lo que el reconoce como dominación social, pero en este caso es la tecnología la que es reprimida por intereses políticos.


Bibliografía:

T. Kuhn, La Estructura de las Revoluciones Científicas, editorial Fondo de Cultura Económica, 1962.
M. Weber, Sociología del poder. Los tipos de dominación de Max Weber, editorial Alianza, 2007

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