lunes, 5 de julio de 2010

François Raffoul: Los Orígenes de la Responsabilidad



[Conferencia pronunciada el 14 de enero de 2010 en el Auditorio Roberto Murillo Zamora de la Facultad de Letras de la Universidad de Costa Rica.]


La ambición de mi libro The Origins of Responsability (Indiana University Press, abril de 2010), ha sido reelaborar la cuestión de la responsabilidad en el pensamiento europeo post-nietzscheano, con el fin de explorar sus sentidos post-metafísicos, fenomenológicos y ontológicos, lejos de su tradicional interpretación en tanto rendición de cuentas (accountability) de parte de la voluntad libre de un sujeto autónomo. En efecto, el concepto de la responsabilidad ha sido asociado tradicionalmente —si es que no ha sido totalmente identificado— con el de la rendición de cuentas, bajo la autoridad de una filosofía de la volutad libre y de la causalidad, que pertenecen de suyo a una metafísica basada en el sujeto. La responsabilidad ha sido concebida en términos de la causalidad como el fundamento del acto o del evento. Identificada con el concepto de la rendición de cuentas, la responsabilidad designa así la capacidad de un agente de ser la causa y el fundamento de sus actos. Las llamadas incesantes a la responsabilidad en nuestra cultura contemporánea son siempre un reforzamiento de la agencialidad, de la posición de un sujeto-causa, y de la identificación de un ‘quién’. Una interpretación metafísica del concepto de la responsabilidad —a saber, la rendición de cuentas en tanto indicación del poder de un sujeto volitivo— determina exhaustivamente el dominio hermenéutico de la responsabilidad. Irónicamente, esta ‘ideología de la responsabilidad’ predominante suele acompañarse de una singular negación respecto de una genuina reflexión en torno a los sentidos de la responsabilidad y en torno a lo que significa ser responsable. La responsabilidad es simplemente supuesta como la rendición de cuentas de un agente libre. Sin lugar a dudas, se trata de una situación irónica, dado que resulta bastante irresponsable no saber qué significa la responsabilidad cuando se la trae siempre a colación. Se debe preguntar: ¿Se agota el concepto —más bien, la experiencia— de la responsabilidad en el sentido de la rendición de cuentas? ¿Se agota con base en la intención voluntaria, en tanto subjetividad que fundamenta el acto?
Ningún concepto es atemporal o ahistórico. Nietzsche ha lanzado un reto a la tendencia de acercarse a los problemas filosóficos de forma ahistórica o deshistorizada. Tal sería el ‘yerro común’ de los filósofos: no dan cuenta de la historicidad de su objeto. La falta de sentido histórico es “el error familiar de todos los filósofos” (Nietzsche, 2006: 13). Lanzando un reto al mismo tratamiento ahistórico acerca de la cuestión de la responsabilidad, Derrida afirma que “usualmente se cree, con base en un análisis de los mismos conceptos de responsabilidad, libertad o decisión, que ser responsable, libre o capaz de decisión no puede ser algo adquirido, algo condicionado o condicional” (1996: 5). En cualquier caso, como escribe Nietzsche, “todo ha devenido: no hay hechos eternos, así como no hay verdades absolutas. En consecuencia, lo que se necesita a partir de ahora es un filosofar histórico y, junto con ello, la virtud de la modestia” (2006: 13). La responsabilidad ha de ser resituada en su propia historicidad. Un filosofar auténtico sobre la responsabilidad enfrentaría la propia historia del concepto de la responsabilidad y buscaría inquirir: “¿Qué sería la responsabilidad si fuera motivada, condicionada, y posibilitada por la historia?” (Derrida, 1996: 5).

Esta es la razón por la cual he emprendido el proyecto de una ‘historia de la responsabilidad’ (que, de ninguna forma, es exhaustiva) con el fin de mostrar de qué manera la responsabilidad ha sido construida de forma que progresivamente ha llegado a identificarse con la rendición de cuentas de un sujeto volitivo. El concepto tradicional que prevalece sobre la responsabilidad designa la capacidad de un sujeto de ser el autor y la causa de sus actiones. Se dice que una acción depende del agente que ostenta la posición de subiectum, de sujeto-causa. Ahora bien, la nociones de ‘el ser autor’ (authorship), de agencialidad y, de hecho, de subjetividad, son cualquier cosa menos naturales; más bien, son el resultado de una cierta construcción (lo que Nietzsche denominaba una ‘ficción’ o una ‘mentira’), la cual puede ser retrotraída históricamente en una genealogía específica y en una descontrucción, donde exponer esta construcción implica de suyo el emprender su desconstrucción, si seguimos en este punto a Jean-Luc Nancy, para quien “como toda construcción en concordancia con la ley general de la construcción, ésta se expone a sí misma constitutivamente a su desconstrucción” (2008: 48). Dicha desconstrucción no niega la posibilidad de la responsabilidad, sino que contrariamente permite su reconceptualización sobre una base diferente. Por ejemplo, la crítica nietzscheana de la moral abre el camino para un nuevo tratamiento del concepto de responsabilidad liberado de su asociación con la metafísica de la voluntad y de la sujetividad, o de la rendición de cuentas.

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