lunes, 5 de julio de 2010

¿Jesucristo era vegetariano?, Carlos Freytag

¿JESUCRISTO ERA VEGETARIANO?

Nos interesa en esta oportunidad de cumplirse un nuevo aniversario del nacimiento de Jesús de Nazaret – o sea la Navidad – que podamos reflexionar sobre su enorme legado espiritual.

Algunas personas, a nuestro juicio erróneamente, confunden el mensaje de Cristo con la acción de la Iglesia Católica, sobre todo en su faz “oficial”. Creemos modestamente que hay que deslindar ambas cosas. El hecho cierto que el papel de la Iglesia Católica haya sido tan nefasta en la conquista de América y en muchas oportunidades su actitud práctica, política, etc., haya sido tan negativa en términos espirituales, no desmerece el mensaje de Jesucristo, ni tampoco la acción de muchos sacerdotes y miembros de la Iglesia en tiempos pasados y en tiempos presentes.

Hay en la doctrina cristiana algo de común con las culturas originarias, o sea una coincidencia desde el punto de vista espiritual. Debido a ello se produce el fenómeno denominado de sincretismo religioso, que no es otra cosa que la mezcla de distintas formas de honrar a los dioses, ya sea que sean propias de un pueblo originario y que estos reivindican como propias, a las cuales se les llamó paganas, con otras consideradas cristianas. Así existen muchas festividades donde los pueblos originarios honran a la virgen y lo hacen con las viejas prácticas ancestrales que le son propias y no son las propias del dogma católico romano.

“El sincretismo en general se aplica a creencias que toman elementos prestados de distintas religiones o credos para hacerlos propios.” (Wilipedia-Internet)

Este, como muchos otros, son temas para una investigación profunda. Pero modestamente creemos que este fenómeno del sincretismo religioso no se puede explicar solamente en los términos de una implantación violenta de una cultura sobre otra, o sea como un fenómeno de hegemonía. Esta idea subestima incluso a las propias personas que profesan las prácticas religiosas sincréticas. Creemos que existe una cuestión de carácter religioso y no solamente política.

Por supuesto que también está el carácter dogmático de la religión católica; la creencia de que es la única verdad y que por tanto puede ser impuesta a todos por esa razón, que no es otra cosa que el pensamiento único religioso, la cuestión de poder de la Iglesia Oficial, que está presente en las escrituras como son presentada por la Iglesia. Todo esto existe también.

Sin embargo creemos que muchas de esas supuestas teorías y “verdades” han surgido a la luz de disputas políticas entre los Papas y los Monarcas y creo que la cuestión de poder sigue prevaleciendo hasta nuestros días.

Quizás nuevas investigaciones puedan ir echando luz sobre las verdaderas palabras y mensajes de Jesucristo y quizás también se derrumben muchas sentencias que hoy son cuestiones de fé.

A propósito viene al caso la opinión del Dr. Edmond Székely, quien en 1937, dio a conocer una versión del Evangelio de los Esenios. Según este autor estas son las palabras que Jesús dirigió a su discípulo Juan y que éste llevó al papel. Está basada en el Nuevo Testamento, extraída de los manuscritos completos que se conservan en lengua aramea en la Biblioteca del Vaticano y en antiguo eslavo en la Biblioteca Real de Habsburgo. Dice el Dr. Székely al respecto:

“Casi dos mil años han pasado desde que el Hijo del Hombre enseñase el camino, la verdad y la vida a la humanidad. Llevó salud al enfermo, sabiduría al ignorante y felicidad a quienes se hallaban en la desgracia.
Sus palabras casi se olvidaron, y no se recogieron hasta algunas generaciones después de que fueron pronunciadas. Han sido malentendidas, mal anotadas, cientos de veces reescritas y cientos de veces transformadas, pero aún así han sobrevivido casi dos mil años.
Y aunque sus palabras, como las tenemos hoy en día en el Nuevo Testamento, han sido terriblemente mutiladas y deformadas, han conquistado media humanidad y la totalidad de la civilización occidental. Este hecho prueba la eterna vitalidad de las palabras del Maestro, y su valor supremo e incomparable.”

Este proceso de revisión ha comenzado desde hace tiempo. Es hora que empecemos a considerar estas cosas con seriedad, y no simplemente como “slogans” o simplemente mirando el aspecto político de la cuestión. Deben ser consideradas en su totalidad y merecen ser respetadas como creencias de las personas y los pueblos que contienen un mensaje espiritual, de lo que la humanidad tiene tanta necesidad.

Vamos a transcribir algunos párrafos del Evangelio de la Paz, que forma parte del Evangelio de los Esenios en donde se refiere concretamente a la cuestión del vegetarianismo.

Ser vegetariano puede ser en muchos casos una especie de moda; y aún en ese caso debería ser bienvenida. Pero mirando la cuestión un poco más allá, es una forma de entender la vida y en muchos aspectos diferente a la filosofía cotidiana, sobre todo en un país como la Argentina en el cual el consumo de carne de distintos animales es casi un rito.
También se sabe que es justamente en Navidad donde la matanza de animales jóvenes se multiplica en cifras astronómicas como parte de los festejos de ese día.

Para empezar podemos decir que cuando el Evangelio dice “No matarás” no está diciendo solamente que se condena el asesinato de personas, sino que también se condena la muerte de otros seres vivos, como los animales, a los cuales interrumpimos el ciclo de su propia vida.

Ya ven que este juicio solamente es un verdadero compromiso de vida, que tiene que ver con nuestras conductas humanas respetuosas de la paz y de la naturaleza.

Pero bueno, dejemos los comentarios y vayamos a las citas propuestas.

No estamos tratando de convencer a nadie con esto; simplemente acompañamos otra visión de los mismos fenómenos cotidianos.

Nadie se debe ofender, ni creer que está haciendo algo mal. Sólo se puede aceptar otra forma de vida, cuando nace como un acto interno, que trasunta nuestra propia voluntad y por tanto necesaria.

Hay además distintas formas de entender el vegetarianismo; eso lo sabemos y nos parecen todas igualmente válidas. Hay gente que consume mucha carne animal y otros que apenas consumen algo.

Lo que queremos decirles es que espero que estas palabras les sirvan, primero como simple información y si les producen algún cambio en sus vidas, desde nuestro modesto punto de vista, mucho mejor.

Del Evangelio de la Paz extraemos las siguientes citas:

"Amaos los unos a los otros, pues Dios es amor, y así sabrán los ángeles que vais por sus caminos Y entonces acudirán todos los ángeles ante vuestro rostro y os servirán.”

“Fue dicho a aquellos de los antiguos tiempos: "Honra a tu Padre Celestial y a tu Madre Terrenal y cumple sus mandamientos, para que tus días sean cuantiosos sobre la tierra". Y luego se les dio el siguiente mandamiento: "No matarás", pues Dios da a todos la vida, y lo que Dios ha dado no debe el hombre arrebatarlo. Pues en verdad os digo que de una misma Madre procede cuanto vive sobre la tierra. Por tanto quien mata, mata a su hermano. Y de él se alejará la Madre Terrenal y le retirará sus pechos vivificadores. Y se apartarán de él sus ángeles y Satán tendrá su morada en su cuerpo. Y la carne de los animales muertos en su cuerpo se convertirá en su propia tumba. Pues en verdad os digo que quien mata se mata a sí mismo, y quien come la carne de animales muertos come del cuerpo de la muerte. Pues cada gota de su sangre se mezcla con la suya y la envenena; su respiración es un hedor; su carne se llena de forúnculos; sus huesos se convierten en yeso; sus intestinos se llenan de descomposición; sus ojos se llenan de costras; y sus oídos de ceras.”

“No matéis, ni comáis la carne de vuestra inocente presa, no sea que os convirtáis en esclavos de Satán. Pues ése es el camino de los sufrimientos y conduce a la muerte.”

"Mirad, os he dado toda hierba que lleva semilla sobre la faz de toda la tierra, y todo árbol, en el que se halla el fruto de una semilla que dará el árbol. Este será vuestro alimento. Y a todo animal de la tierra, y a toda ave del cielo, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, donde se halle el aliento de la vida, doy toda hierba verde como alimento. También la leche de todo lo que se mueve y que vive sobre la tierra será vuestro alimento. Al igual que a ellos les he dado toda hierba verde, así os doy a vosotros su leche. Pero no comeréis la carne, ni la sangre que la aviva.”

"Fue dicho a aquellos de los antiguos tiempos: "Todos los animales que se mueven sobre la tierra, todos los peces del mar y todas las aves del cielo, han sido puestos bajo vuestro poder". En verdad os digo que de todas las criaturas que viven sobre la tierra, sólo el hombre creó Dios a su imagen" Por ello, los animales son para el hombre, y no el hombre para los animales. No transgredirás, por tanto, la ley si matas al animal salvaje para salvar a tu hermano. Pues en verdad te digo que el hombre es más que el animal. Pero quien mata al animal sin causa alguna, sin que éste le ataque, por el deseo de matar, o por su carne, o porque se oculta, o incluso por sus colmillos, malvada es la acción que comete, pues él mismo se convierte en bestia salvaje. Y por tanto su fin ha de ser también como el fin de los animales salvajes".

“Y otro dijo entonces: "Moisés, el más grande de Israel, consintió a nuestros antepasados comer la carne de animales limpios, y sólo prohibió la carne de los animales impuros. ¿Por qué, entonces, nos prohíbes la carne de todos los animales? ¿Qué ley viene de Dios, la de Moisés o la tuya?"
Y Jesús respondió: "Dios dio, a través de Moisés, diez mandamientos a vuestros antepasados. "Estos mandamientos son duros", dijeron vuestros antepasados y no pudieron cumplirlos. Cuando Moisés vio esto, tuvo compasión de sus gentes y no quiso que se perdiesen. Y les dio entonces diez veces diez mandamientos, menos duros, para que los siguiesen. En verdad os digo que si vuestros antepasados hubiesen sido capaces de seguir los diez mandamientos de Dios, Moisés no habría tenido nunca necesidad de sus diez veces diez mandamientos. Pues aquel cuyos pies son fuertes como la montaña de Sión, no necesita muletas; mientras que aquel cuyos miembros flaquean, llega más lejos con muletas que sin ellas. Y Moisés dijo al Señor: "Mi corazón está lleno de tristeza, pues mi pueblo se perderá. Porque no tienen conocimiento, ni son capaces de comprender tus mandamientos. Son como niños pequeños que no pueden entender aún las palabras de su padre. Consiente, Señor, que les dé otras leyes, para que no se pierdan. Si ellos no pueden estar contigo, Señor, que al menos no estén contra ti; que puedan mantenerse a sí mismos, y cuando haya llegado el momento y estén maduros para tus palabras, revélales tus leyes".
Y Jesús continuó: "Dios ordenó a vuestros antepasados: "No matarás". Pero su corazón estaba endurecido y mataron. Entonces, Moisés deseó que por lo menos no matasen hombres, y les permitió matar a los animales. Y entonces el corazón de vuestros antepasados se endureció más aún, y mataron a hombres y animales por igual. Mas yo os digo: No matéis ni a hombres ni a animales, ni siquiera el alimento que llevéis a vuestra boca. Pues si coméis alimento vivo, él mismo os vivificará; pero si matáis vuestro alimento, la comida muerta os matará también. Pues la vida viene sólo de la vida, y de la muerte viene siempre la muerte. Porque todo cuanto mata vuestros alimentos, mata también a vuestros cuerpos. Y todo cuanto mata vuestros cuerpos también mata vuestras almas. Y vuestros cuerpos se convierten en lo que son vuestros alimentos, igual que vuestros espíritus se convierten en lo que son vuestros pensamientos. Por tanto, no comáis nada que el fuego, el hielo o el agua haya destruido. Pues los alimentos quemados, helados o descompuestos quemarán, helarán y corromperán también vuestro cuerpo. No seáis como el loco agricultor que sembró en su campo semillas cocinadas, heladas y descompuestas y llegó el otoño y sus campos no dieron nada. Y grande fue su aflicción. Sino sed como aquel agricultor que sembró en su campo semilla viva, y cuyo campo dio espigas vivas de trigo, pagándole el céntuplo por las semillas que plantó. Pues en verdad os digo, vivid sólo del fuego de la vida, y no preparéis vuestros alimentos con el fuego de la muerte, que mata vuestros alimentos, vuestros cuerpos y también vuestras almas." "Maestro ¿dónde se halla el fuego de la vida?", preguntaron algunos de ellos.
"En vosotros, en vuestra sangre y en vuestros cuerpos".
Disculpen estas largas citas pero están llenas de interesantes reflexiones y son imprescindible para conocer estas revelaciones del Evangelio de los Esenios.

Creo que la última cita está tan llena de interesantes reflexiones para los que amamos la naturaleza, que debería ser divulgada abundantemente.

Espero no haberles causado molestias, ni problemas de conciencia. Cada uno debe actuar conforme a sus propios juicios y compromisos.

Carlos Freytag

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