lunes, 5 de julio de 2010

La modista, por Gustavo Rubens

La modista

a Virginia, tía


En tu máquina
Singer
el batón se arrastra,
un surfilado a la altura del corazón.


Tus años en el carretel de tus dedos
junto a un maniquí de bustos grandes,


la sarga dibujada por la tiza
de tus manos, un frasco con cientos de botones,
almohadillas con alfileres y ese dedal llagado
por una rosa.



Sobre esta seda blanca
cortarás un vestido de fiesta,

con hombreras de señora elegante,
un cierre relámpago hasta el cóccix
arriba de las rodillas ese doblez
para que te adulen
sostenida por tus zuecos,

eslongadas tus piernas juntas
sobre el alféizar de las cortinas

la costura incierta de tu juventud
perdida.

Y tú, modista – zurciendo heridas-
remendando
trapos en tu vejez.


Gustavo Rubens Agúero

( 23 de noviembre del 2000)

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