lunes, 5 de julio de 2010

Lenguaje e ideología, María Vidal

Entusiasmada por la excelente Conferencia "La lingüística y el nacionalismo lingüístico español" del Prof. Juan Carlos Moreno que escuché en esta Red, me propongo tomar algunos de los elementos teóricos que plantea para iluminar nuestra realidad uruguaya en lo referente a políticas y prejuicios lingüísticos.

Empezaré por una de sus afirmaciones finales que suscribo y percibo como de las menos comprendidas por la generalidad de las personas: No existe ninguna Lengua superior ni mejor que otra. Ni más rica, ni más clara, ni más lógica, ni más facilitadora de la "convivencia". Tampoco existe ninguna Lengua "naturalmente" asociada a una nación.

La Lengua es un "Modelo" nos dice J. C. Moreno y ya lo habían dicho Saussure y Chomsky con otros términos: la lengua es una virtualidad que nadie conoce ni habla enteramente. "No existe" afirma Moreno. Existen sí actos de habla y hablantes, esos sí reales.

En el caso del Uruguay, pasa algo similar a lo que describe el citado lingüista en España, con las diferencias de variedad de regiones, lenguas otras que conviven y mayor número de variedades a contemplar por políticas lingüísticas adecuadas.
En nuestro país, por su pequeñez y menor número de hablantes, tenemos mayor homogeneidad en sus producciones habladas o escritas, no obstante, poseemos numerosas "variedades" que tienen que ver con los ya considerados en otro artículo de Blog, niveles diatópicos( diferentes lugares), diastráticos (diferentes estratos socio-culturales), diacrónicos (diferentes edades) y diafásicos (diferentes estilos).

Se ha elegido, por parte de las autoridades educativas que fijan las políticas lingüísticas a llevar adelante, el Español como variedad estándar para enseñar en todo el territorio nacional (tal como sucede en España, con mucho más conflictos, claro)

Acá el conflicto se plantea en los departamentos fronterizos con Brasil o cercanos a ellos (Norte del Río Negro) donde las variedades de los Dialectos portugueses del Uruguay (D.P.U) o "portuñol", genéricamente, tienen vigor y uso por parte de un importante número de hablantes.
Alfabetizar y educar en la variedad estándar del español, sin considerar la existencia de otras o pretendiendo ignorarlas cuando no barrerlas, es -además de lingüísticamente equivocado- injusto y discriminador, generador de problemas muy complejos.

De estas tensiones da cuenta Moreno en su descripción de las erróneas políticas lingüísticas desarolladas en España, que no consideran o colocan en un lugar secundario, para ser habladas en la casa, variedades históricas y vigentes como el catálán, el gallego el vasco y todas sus variedades (diatópicas, diastráticas diafásicas)

La noción de "variedad" es mucho más neutra que la de lengua o dialecto, ya que no establece la superioridad de una sobre otra: lengua sobre dialecto, en este caso.
Tenemos en esta conferencia parte de la explicación de por qué se llegó a imponer en España el prejuicio lingüístico de la superioridad del español frente a cualquier otra variedad.
Se recuerda a Menéndez Pidal quien afirmó en una extensa y explicitada teoría que apuntaló ese nacionalismo español al que refiere Moreno: Dice Menéndez Pidal, por ejemplo, que "el español no titubea como las otras lenguas o dialectos", que es más fácil de aprender porque sólo posee 5 vocales -el catalán también tiene 5 vocales- contrapuntea Moreno- y agrega: pero el español posee casi 900 verbos irregulares. Vale decir: no hay explicaciones lógicas y menos naturales que ubiquen al español en un sitial de privilegio más que razones ideológicas y prejuicios de toda índole.

Trayendo esto a Uruguay, tenemos que con razones similares y de aunar nación y territorio con lengua, se intenta imponer como única variedad a enseñarse en todo el teritorio nacional el español, ese que vendría del castellano y de "un abolengo riquísimo". Los hablantes de portuñol, esos cuya lengua madre es el portuñol ¿qué deben hacer con su variedad? Los más "generosos" sugieren que lo hablen en su casa o en ámbitos informales. Esto no sería tan grave si no se lo enfrentara con una fuerte estigmatización que hace que esos hablantes sientan que lo que hablan, que su cultura y costumbres...son una porquería. Son hablantes de segunda y no meramente hablantes.

Como último punto queremos tomar el de una afirmación falaz, que proviene de toda esta prejuiciosa e ideológica historia: los catalanes, gallegos, vascos sí entienden el español, en cambio, los españoles NO entienden el catalán, vasco o gallego. Se pregunta Moreno; ¿es que somos peores que ellos, más torpes? Porque lo que se entiende de un lado, debe poder entenderse también del otro, cuando las similitudes son tantas. Evidentemente estas ironías remarcan esta cuestión actitudinal e ideológica de unir nación y lengua como algo natural cuando esto no tiene por qué serasí, desde el punto de vista lingüístico.

En la frontera Uruguay-Brasil tenemos una situación parecida, de la que los uruguayos hablantes de portuñol se quejan. Los uruguayos entienden perfectamente el portugués y lo hablan cuando cruzan la frontera, en ciertas situaciones, en cambio los brasileros dicen NO entender el español y no lo hablan. La misma situación de unilateralidad. Dos lenguas con tanto de similar, que se encuentran en contacto fronterizo: se entiende por parte de unos y no de los otros...Nuevamente lo actitudinal y prejuicioso, en este caso de Brasil ante Uruguay. Para las lenguas y sus variedades no hay fronteras: éstas son arbitrarias, políticas, económicas, militares. Los actos de habla de los hablantes de frontera no pueden, a la hora de producirse, tener en cuenta todos estos factores que son extralingüísticos. Sostiene Moreno que para erradicar una variedad, no se lo logra con políticas e imposiciones: habría que exterminar a todos los hablantes de esa variedad, cosa que se ha hecho en algún caso de colonización y avasallamiento de pueblos y culturas.

Concluimos adhiriendo a la postura tan justa, rigurosa y claramente expuesta por el conferencista citado:
Es un mito que el español sea una lengua superior a las demás, es un mito el del español como koiné, que sea el punto de encuentro de otras variedades, es un mito la virtud del castellano del que deriva, es un mito que sea lengua global por sus valores intrínsecos y no históricos.

Es por tanto también un mito que se ha impuesto en nuestos países que fueron colonizados por los españoles con sus mitos lingüísticos y culturales.
Nuestra batalla para impulsar políticas lingüísticas adecuadas a nuestra realidad y no al irrespeto de variedades minoritarias es la de darle al "portuñol" el lugar que posee y le corresponde, guste o no a unos cuantos puristas prejuiciosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario