Estimados, he leído con interés algunos contenidos en el sitio y sobre todo mantengo la simpatía y esperanza por el proyecto mismo. En cuanto a los mensajes enviados por Mateo y otros administradores, no puedo dejar de notar que no se apoyan en un discurso filosófico sino que se parecen más a cualquier otra iniciativa mediática. Entonces, desde mi humilde lugar de estudiante pero también de webmaster, propongo, sin muchas ambición, algunas ideas para que se tomen o no en cuenta, desde la perspectiva conceptual de la filosofía, el punto de vista mediático (ideológico) y utilitario (en cuanto a la necesidad de que la filosofía participe en la sociedad y algunas posibles rutas de penetración). Con esto espero no resultar ofensivo o soberbio, sino provocar otras líneas de discusión y acaso de actividad, a partir de este proyecto, con el cual me siento identificado.
1) ¿Cuál es la función social de la filosofía? A grandes rasgos, parece haber un consenso en la filosofía contemporánea con respecto a la naturaleza de su función discursiva y social: el enunciado de preguntas. La filosofía no resuelve problemas ni da soluciones sino que los plantea de una forma adecuada, ya que hacer las preguntas erróneas, a nivel social y político, es parte del problema.
2) ¿Cuál es la situación de la filosofía en la sociedad uruguaya? Me atrevería a afirmar desde la escasa información que tengo, que ninguna, que no existe un diálogo filosófico más que de manera tangente, en los círculos especializados, y que los intentos de participación suelen quedarse en la mención de autores (como Rodó y Vaz Ferreira) y en vagas descripciones que aunque se refieren a la filosofía, no tienen nada de filosófico. La admirable excepción de que tengo noticias es Prohibido pensar, el programa que conduce Sandino Núñez en el canal 5, que sí lleva adelante una reflexión filosófica sobre temas que competen a nuestra sociedad contemporánea.
3) ¿Qué obstáculos encuentra la filosofía a la hora de dirigirse a la sociedad? En primer lugar, por su función crítica, la filosofía es rechazada por las instituciones sociales, en especial por los medios e incluso por la cultura misma en tanto mistificación (ni hablar de las instituciones educativas, incluyendo a la UDELAR), de manera que los propios individuos no sienten ningún interés por la filosofía ni reconocen su necesidad (la simulación de Prohibido pensar hace un gran trabajo rompiendo esa barrera con medios estéticos, estilo del que por otra parte no puede escapar ni siquiera la filosofía, sino que más bien la constituye). La filosofía es pues, por definición, una herramienta de evolución, de manera que provoca esa indiferencia activa, cuya consecuencia es o bien el aislamiento de los especialistas, no solo en cuanto al ámbito de diálogo y difusión sino en cuanto al lenguaje y los problemas que se elije para tratar, o bien la perversión de los profesionales de la filosofía, que parecen renunciar a lo propio de la disciplina para que se les escuche un discurso que, finalmente, carece de preguntas, es decir, de conceptos filosóficos. En segundo lugar, entonces, la filosofía encuentra su mayor obstáculo en la falta de autocrítica, que en este caso se manifiesta como un exceso de autocrítica apoyado no en conceptos sino en mistificaciones mayoritarias (la idea de que todas las opiniones tienen la misma validez, de que hay un ámbito privado que escapa a la ideología, que la filosofía es una disciplina de extranjeros, etc.).
4) ¿De qué problemas actuales puede disponer la filosofía? Hay un gran silencio en todas las áreas de la filosofía. En estética, ¿Qué se está haciendo en Uruguay? ¿Hay algún discurso filosófico sobre ello? En teoría del conocimiento y epistemología, ¿Qué se dice de la educación? Desde mi corta experiencia y una vez más, como estudiante, no encuentro un discurso filosófico propiamente uruguayo que se atreva a hablar de la identidad uruguaya sin encubrirse en una identidad latinoamericana o sin reducirnos a ser la negación del exterior. La violenta separación de los partidos políticos, irrisoriamente análoga a los cuadros de fútbol, parecen ser una de nuestras características, así como la mirada constante hacia el mundo como lugar de donde vienen las cosas (a través del constitutivo puerto de Montevideo). Sin embargo lo que con mayor pertinencia puedo mencionar aquí es la tradicional separación batllista entre el doctor y el pueblo, que hace que una iniciativa como esta parezca estar fuera de lugar, y que no se construya de plano una propuesta conceptual sino que se espera (a la manera empresarial) que los usuarios propongan el contenido.
Dejo planteadas esas preguntas y adjunto una disculpa por mi ánimo juvenil.
Gracias por el espacio. Un cálido saludo,
lunes, 17 de agosto de 2009
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