viernes, 28 de agosto de 2009

¿Soliloquio? Más bien diálogo de sordos ...(por Rafa*)

El escritor uruguayo Rafael Gibelli, Rafa*, nos ofrece estos pensamientos suyos que se deslizan cómodamente entre lo filosófico y lo literario para decirnos que la posmodernidad no ha terminado aún y que el exceso de información implica la escasez de formación (lo cual, digo, es lógico, ya que la forma pulida y serena, lo que los antiguos griegos nos dieron a entender como "forma"...implica simplicidad y unidad...en lugar de una multiplicidad informe-informativa)...Los dejo con el muy disfrutable texto...


¿Soliloquio? Más bien diálogo de sordos ...


La posmodernidad habrá pasado cuando el futuro vuelva a entusiasmarnos.

_ ¿Qué querés ser cuando seas grande, Lorenzo?
_ Jubilado. Haré todo cuanto sea preciso para gozar de una buena pensión: estudiar, capacitarme, trabajar, escalar, emprender, competir, lograr, hasta traicionar, y aun, traicionarme; todo cuanto me mantenga joven hasta que pueda, al fin, gozar de la vejez.

Exceso de información, ausencia de formación. Los chicos saben muchas cosas hoy día, es sólo que no saben para qué diablos saben lo que saben. Entre las cosas que no saben para saber luego qué hacer con su saber, está el saber moral. Qué sea el bien, y qué otra, el mal. Por eso son tan también, bastante tolerantes; sufren la tolerancia del indiferente.

El único instituto en pie: el cuerpo. Ni milicia ni iglesia; ni escuela ni familia. Ni Estado ni patria; ni siquiera la potestad. El cuerpo: el único templo al que todos acuden. Negando las obvias consecuencias, ocultamos a los viejos como antes a los locos, en la celda de cualquier residencial. Dios ha muerto; no así su imagen, su semejanza, su ídolo con pies de barro ...

La vida es dura, la mayor parte del tiempo, duele vivir. Convencidos de la ficción de la realidad, hemos decidido hartarnos de sus rezongos y achaques y hemos creado otra realidad a la que llamamos virtual. ¿No tenés facebook?, ¿no chateás?, ¿no tenés celular? ¿No sabés qué cosa sea el wi-fi? Entonces, no existís. Sos, si sos por televisión; un mero espectáculo de quince minutos, pero un espectáculo al fin. Nacer, explotar, fulgurar y apagarse, no duele. No arruga. No mata. Avestruces adentro del termo estrecho de la fibra óptica ...

Quizás no nos hayamos dado cuenta, pero la muerte de las ideologías, hiere mortalmente también, a la ya de suyo ficción de la representación democrática. Podría eventualmente representarme quien tuviera el mismo marco ideológico, la misma aspiración finalista, los mismos objetivos o visiones de vida, pero si cada quien construye la suya, habrá tantas teoréticas como personas capaces de pensarlas. En esto me reperesentará Froilán, en esto otro, Atanasio o Prudencia. Los partidos hoy, en cualquier caso, lo más que pueden representar son sensibilidades, diferentes tipos o estilos de sensibilidad. Es más estética la cosa, que política o ética ... Hoy más que nunca, el hábito sí que hace al monje. La imagen lo es todo.

Rafa*

Nota de contexto: Bizcochitos bañados en salsa Bell y chocolate Lipovetsky.

No hay comentarios:

Publicar un comentario