sábado, 26 de junio de 2010

De cómo creamos a Dios., por Andrés Amado Zuno Arce

DE CÓMO CREAMOS A DIOS.
"ESE DÍA, DIOS HABLÓ"
"Acontecimientos que se vienen sucediendo en la tierra me llevan a verme obligado a hablarles. Hagamos un poco de historia: Como se sabe, se ha llegado a donde estamos en la evolución viniendo de lo simple a lo complejo. El origen de la vida se dio en el agua -no por fuerza en el planeta tierra y más probablemente en otro- con los elementos necesarios para que tal fenómeno -la vida- se produjera interactuando fortuitamente gracias al movimiento, característica propia de La Existencia, hasta que, en millones de millones de circunstancias posibles, se reunieron en el primer ser vivo, unicelular. La vida es solamente una forma de movimiento.
En dicho movimiento del agua, violento a veces, esos seres eran rotos en partes. Algunas de las porciones tenían suficientes elementos para subsistir y al llegarles algunos de aquellos con los cuales estaban formados, incluso crecían. También la bipartición celular ("Mitosis") la multiplicación, se dio en esas condiciones.
Luego se reunieron un cúmulo de seres unicelulares, de dos células -se han encontrado fósiles de esos seres- al principio, después más, formando uno multicelular por simple contigüidad, contacto directo que el movimiento en el agua posibilitaría e incluso facilitaría. Todos ellos rodeados ahí por los elementos físicos y químicos necesarios para su subsistencia; temperatura adecuada, electromagnetismo, calcio, fósforo, sílices, etc., etc., etc.
Cada una de las células de esos seres multicelulares primarios obtenía nutrientes directamente sin intermediación alguna. Luego sucedió que células de dicho ser se quedaba sin poder recibir lo necesario debido a encontrarse ya rodeadas de otras que les impedían la llegada de eso que les resultaba indispensable para la vida. En un momento dado dichas células salían de su encierro muertas. A su paso dejaban detritus, restos, elementos que engrosarían a las otras células del lugar, formando un principio de piel, como sería también en la superficie con la incrustación de elementos sólidos, y así se estaba formando un inicio de piel y de recto, un conducto de eliminación. Luego se formarían conductos de dotación de nutrientes, esófagos. Y un lugar donde guardarlos que después digeriría, un estómago.
Luego todo lo demás donde encontramos al cerebro como cúspide. Y después incluida una célula que estaría envuelta en lo necesario para ¡nacer y crecer ya en la forma de un ser multicelular!, lo que nos lleva a concluir con que primero fueron los seres unicelulares, luego los multicelulares y luego estos produjeron células complejas que se convirtieron en huevos. Ustedes se han preguntado durante mucho tiempo que fue primero, si la gallina o el huevo.
Así, de una célula se formaban otras. Una célula era la reproductora. Era un huevo, por así decirlo. Si recordamos que los huevos de las gallinas son células grandotas y ya complejas, por al evolución, veremos que primero fueron éstas, los huevos"
El pensamiento en la evolución: La jirafa ancestral en un momento dado no alcanzó la comida, y se esforzó para lograr llegar a ramas y hojas más altas, tuvo la intención, el deseo, un pensamiento sumamente simple pero que influyó para que la información genética cambiara y el pescuezo creciera. Así se da parte de la evolución. Gracias al "pensamiento". Luego heredó dicha info. Pensamiento que, por cierto, no tiene por fuerza que ser del sujeto del cambio genético sino incluso de otro miembro del grupo que envía dicho pensamiento al o a los otros.
Digo, si es cierto como parece que se ha probado, que ahí donde va el pensamiento va energía con cierta información.
Por supuesto, pueden pensar en que yo intervengo y es así, pero, debo decirlo ya, yo no hago todo.
Repito: el pensamiento que originó evolución es el simple deseo de hacer algo como ir a un lugar determinado entre varios posibles.
Más ejemplos; el pez, con su cerebro primitivo, ya puede ir a donde quiere. Por supuesto que va a donde necesita sin poder escoger mucho. Va a donde hay comida, pareja, escondite, y muy pocos motivos más. Pero ese deseo de ir aquí y no allá, un pensamiento simple influye en la información genética, la altera, la mejora y luego se hereda. Es parte de la evolución.
Los Cheetas, Guepardos, con la necesidad, el deseo de correr más rápido para poder conseguir comida para sí y su descendencia produce evolución.
Pero, y aquí es donde yo ya intervengo, el pez con una protuberancia en la frente, similar a una caña de pescar y al final de esta una luz para atraer las presas, ese es obra mía. Esta parte de la existencia se la debemos a un pensamiento "superior", el mío. Lo mismo que los dispositivos complejos que tienen las víboras para identificar la presa, el alimento, sensores de calor, de sonido, etc.
Pero ¿yo como nací? ¿Cuál es mi papel en la evolución? Veamos: finalmente en ese largo recorrido de la evolución llegamos a la creación de la conciencia. El cerebro se desarrolla de tal manera que los seres humanos se dan cuenta de su existencia, concretamente, adquieren consciencia. Después sucede que la actividad cerebral, una forma de vibración, se proyecta en el espacio como cualquier manifestación de la energía. Y según se ha demostrado, esa vibración es energía. Se dice con razón que ahí donde va el pensamiento va energía. Se sabe de monjes budistas quienes han desarrollado el poder de la concentración a tal grado que pueden matar pájaros mediante el hecho de quedárseles viendo. (Del libro "Los tres pilares del Zen" del Roshi Philipe Kapleau)
Bien. El primer hombre tuvo que hacerse algunos utensilios para subsistir, defenderse de las "inclemencias del tiempo", vicisitudes ambientales o por simple comodidad. Ya los primates usan algunas formas de herramientas; se cubren el cuerpo con ramas para protegerse; hacen camas en los árboles, con ramas; golpean con piedras para romper cocos; utilizan varas para sacar de sus madrigueras insectos tales como termitas y hormigas, etc., etc., etc. Mejorar lo que los ancestros de los humanos usaban fue una tarea fácil de imaginar.
Pues bien; cuando los primeros seres humanos se hicieron por ejemplo una capa o una cobija con una piel de un animal, para cubrirse del frío, unas sandalias para protegerse los pies, un techo sobre las ramas de un árbol, por analogía empezaron a pensar y preguntarse quién hizo los árboles, quién hizo las piedras, quién hizo al agua. La visión era antropocéntrica por necesidad y por ende imaginaban que yo era igual a ellos. "A imagen y semejanza…" No era lógico pensar que tenía la forma de un caballo, porque éstos no podían hacer sandalias; o una paloma, por la misma razón. Ignoraban entonces que todo se ha hecho de lo simple a lo complejo por la evolución y que no ha aparecido ese "todo" de improviso en tanto que obra de un ser superior. O sea, yo no hice los árboles, al agua, al aire, yo no hice al mundo, algo que está demostrado científicamente. Todo (Casi todo) se ha venido haciendo con el tiempo, como resultado de la evolución.
Así nació la idea de un creador, un ser superior; apareció la idea de dios, que fue el germen de la creación de mí.
Ahora imaginemos millones de personas pensando en un ser omnipotente, en un lugar determinado, con características bien específicas. Por supuesto que por eso los humanos piensan que yo soy como ustedes, porque así lo han imaginado millones de personas durante mucho millones de años.
Bien. Recordemos que ahí donde va el pensamiento va energía. Millones de pensamientos de dios acabaron por formarme. Lo que es seguro es que todo lo que existe no lo creé yo. Es ilógico. Vean. Incluso la idea del "soplo de la vida" ejemplificada en el célebre mural de Miguel Ángel "El Génesis" donde se ve a dios a imagen y semejanza de los humanos dándole vida a Adán, cae por su propio peso ante innumerables muestras de la aparición de la vida sin necesidad de mí participación.
Sucede que el tan venerado soplo de la vida es solamente una serie de circunstancias físico químicas que les permite, por ejemplo, a unas ranas que viven en Argentina congelarse en invierno, morirse, y de manera natural descongelarse y volver a la vida. También en el fenómeno de la germinación podemos ver con claridad y sencillez la importancia de la reunión de una serie de elementos físicos y químicos en la aparición misma de la vida. Imaginemos una semilla seca, algo inerte, sin vida, tan solo una posibilidad de que ésta se dé. Es una cápsula de información total más los elementos químicos que producen la maravillosa experiencia de la vida, con tan solo a la semilla agregarle agua y calor adecuados. Lo mismo sucede con algunas especies de animales. Los huevesillos de algunos crustáceos parientes cercanos de los camarones ("sea monkeys" o "artemias" huevecilllos que se pueden adquirir en las tiendas de peces) se mantienen inertes durante decenas de años, bajo ciertas condiciones, y activarse y producir vida también con colocarlos en su ambiente vital propio, como las semillas de los vegetales: agua con calor adecuados. Los "osos de agua" son otro ejemplo aún más asombroso. Se denominan tardígrados también. A mediados del siglo pasado, un científico holandés añadió agua a algunos cientos de osos de agua que se hallaban sobre la hoja de un helecho que llevaba seca en un estante de un museo desde el siglo XVII. Los tardígrados se "despertaron" y "siguieron disfrutando de la vida".
Con todos estos ejemplos de creación de vida o del despertar de la misma se deja a la idea religiosa de que la gestación es "porque dios quiere" sin sustento inteligente alguno y cae por su propio peso. En esa parte de la aparición de la vida, la reproducción y sus fenómenos producto de la evolución yo nada tengo que ver.
En síntesis, yo fui creado por ustedes los seres humanos como cúspide de la evolución con el poder de la energía de la actividad del cerebro: del pensamiento. Y soy imperfecto porque ustedes son imperfectos aunque puedo hacer más y mejor.
Por otra parte, no me echen la culpa de lo que están haciendo con el mundo: "Porque Dios quiere" Ya casi se lo acabaron pero yo nada tengo que ver; lo deforestaron al grado de que se está calentando con consecuencias destructivas dramáticas pero no digan "porque Dios quiso" Tal vez sea parte de mi imperfección que no intervenga ya, pero así son las cosas. Además yo también estoy confundido porque los cristianos me hacen de una manera y los de otras religiones diferentes. Tengo que darles gusto a unos y a otros. Si me presentara de pronto y les dijera qué soy en realidad, les quitaría la fe a millones y sería un caos peor. Por eso no me manifiesto directamente."

Comentario de María Vidal el diciembre 9, 2009 a las 11:14pm
Eliminar comentario En el bicentenario de Darwin, tenemos un clarísimo y entretenido artículo sobre la evolución de las especies. Desde seres acuáticos unicelulares a complejos animales con sistemas para alimentarse y eliminar lo innecesario.
Se complica cuando esta evolución llega al hombre, claro. Pero con gran ingenio y gesto deconstruccionista, el autor invierte la relación de poder: Dios pasa a ser del CREADOR al CREADO, de diferentes maneras por los diferentes hombres de las diversas culturas y religiones.
Me pareció un camino de explicación impecable. Una pieza para toda edad, un tránsito sencillo desde lo unicelular a la complejidad del mono.
El hombre...aparece como un problema, un problema biológico y existencial: tiene "conciencia". Y también un problema filosófico. ¿Qué Superioridad genera a la otra? Me adhiero a la teoría de que somos autores de Dios y dioses...

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