Te abraza el zahir
No resguardes ese arpegio
de tus dedos
sobre la cintura de la noche,
en el ropero están tus vestidos,
tus panty-medias y la blusa
escotada
liberando tus pechos.
En la Casona del Molino
un viejo zahir anuncia
una lluvia , desatada en tu cuerpo
si anda por los techos ese paje
del cabildo.
Ya escampa un sudor como un río sin nombre
sobre tus pies sostenidos tus sandalias plateadas.
Ah la boca que abre su cremallera
en esa abadía camino a La Isla.
Nadie sabe acaso por qué ese belfo de sombras
hecha fuego,
se hace fuego,
escupe fuego
ni siquiera hay tiempo para romper la carta
de tu enamorado
antes de libar la dicha.
Está el viajero
a la candela de tus ojos
la inconfesable certitud
se derrama en tu vientre
y es una mueca el invierno
porque sabes que no volverá
sobre las ruinas del amor abandonado
por eso despiertas la madrugada
en un abrazo
entre las luces rojas
de los albergues.
Gustavo Rubens Agüero
(Salta, 18 de agosto de 2009)
viernes, 25 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario