lunes, 28 de junio de 2010

Los niveles del lenguaje, por Fernando Gutiérrez Almeira

Los niveles del lenguaje

Fernando Gutiérrez Almeira

El lenguaje implica un código, una codificación y una
decodificación. Cuando el código y la codificación no son
deslindables, es decir, cuando el código es el mensaje, estamos ante
un lenguaje de señales. Es a este nivel que podemos comprender con
bastante facilidad que es lo codificado...por ejemplo...¿qué es lo
codificado en un cachetazo? La intencionalidad de la conciencia, la
intención misma de dar el cachetazo. La primordial finalidad del
lenguaje es, por lo tanto transmitir o comunicar la intencionalidad
de la conciencia. En este sentido toda actividad ejercida por un
agente es actividad comunicativa...con la condicion de que dicho
agente sea un ente conciente y que el receptor de su acción sea
tambien un ente conciente (ambos seres vivos, entonces). ¿Qué es la
decodificación? En principio, al nivel de las señales o los simples
agenciamientos entre conciencias, la decodificación es la
interpretación de intenciones, interpretación que se da como la
reactividad perceptiva y muchas veces anticipatoria del receptor
frente al emisor. Ejemplo: Alguien estira su mano con el objetivo de
dar un cachetazo...su intención se revela al receptor antes de
recibir efectivamente el cachetazo y este reacciona
esquivándolo...esto quiere decir que ha interpretado, decodificado
mediante su reacción el mensaje antes incluso de que el mensaje
estuviera completo. Un error de interpretación-decodificación podría
ser muy bien entender un movimiento brusco de la mano como transmisor
de la intención de dar un cachetazo cuando lo único que contiene es
la intención de arreglarse un poco el mechón de pelo que cae sobre la
frente. El nivel de las señales, lo que podriamos llamar el nivel
sintomático del lenguaje, tiene una graduación muy extensa que va
desde las señales dadas por una simple célula, por un tejido celular
afectado por alguna enfermedad, por un órgano, por un ser vivo
unicelular, por una planta, hasta las señales reproductorias de un
mamífero o las elaboradas señales de las que los seres humanos no
prescinden, como los perfumes caros. Esto lo aclaro porque implica un
gran campo de investigación, investigación que a su vez puede implicar un
aumento de nuestro respeto hacia la comunicación ejercida por seres
no humanos, incluyendo nuestras propias subestructuras vivientes.

Por encima del nivel de las señales tenemos el lenguaje que podriamos
llamar sígnico, en el que el código ya no se confunde con el mensaje.
Ejemplo: En lugar de esgrimir frente a un adversario un cuchillo
mostrando nuestro rostro furioso, babeando y gritando AAAARRRGGG, nos
quedamos estáticos y realizamos un movimiento de nuestro dedo índice
sobre nuestro propio cuello como si lo estuviéramos cortando,
queriendo significar que estamos dispuestos a cortar la cabeza de
nuestro enemigo. Hemos optado por un lenguaje sígnico, por un signo
manual, y dejado de lado el rústico y evidentísimo lenguaje de
señales. No hay que descreer por completo que este lenguaje sígnico,
sobre-sintomático, no sea accesible para algunos seres vivos no
humanos...hay que recordar el intercambio sónico entre ballenas y
entre delfines, las comunicaciones entre las abejas o entre las
hormigas, etc.

El tercer y último nivel conocido del lenguaje es el nivel simbólico.
En el lenguaje simbólico el código no solo se puede discernir claramente de la
codificación sino que se autonomiza respecto de la codificación en la forma de una
tecnica de codificación, esto es, el código de un lenguaje simbolico
es una tecnica de codificacion.

Dijimos que a nivel de las señales la finalidad del lenguaje es la
transmisión de la intencionalidad...podemos decir ahora que la
finalidad del lenguaje signico es similar, solo que la
intencionalidad no se manifiesta ya directamente en el mensaje sino
que el código actúa en este caso como un enmascaramiento que exige
mas que una mera reactividad interpretativa del receptor un proceso
interno, estructural, de decodificacion y por lo tanto la existencia
de un minimo de desarrollo nervioso y de la memoria neural...A nivel
del lenguaje sígnico ya podemos hablar de significado pero lo
significado no es otra cosa aun que la intención o sentido del
mensaje...de modo que significado y sentido no estan disociados. En
el caso del lenguaje simbólico el enmascaramiento es mucho más profundo
y aun cuando la finalidad de transmisión de la intencionalidad, que
vendría a ser, como he dicho, el sentido del mensaje, se mantiene,
surge por la distincion entre sentido y significado una nueva
finalidad que es la de significar conceptualmente, es decir, la
codificación no se limita a la codificación de la intencionalidad de
la conciencia sino que se codifican contenidos neurales, los
conceptos, y las estructuras que estos conforman. Dicho con sencillez:
en el lenguaje simbólico, que no deja de ser un sofisticado
lenguaje de signos asi como el lenguaje de signos no deja de ser de
cierto modo un lenguaje de señales...la codificación es una
significación y la significación abarca tanto la transmisión del
sentido-intencionalidad de la conciencia como la transmision
conceptual que pone las mentes pensantes en una red informativa-
comunicativa mas allá de sus meras intenciones, engendrándose una
comunidad simbólica. Digamos que la transmisión conceptual es la
funcion de enunciación del lenguaje simbólico, que lo caracteriza
frente a los niveles menos elaborados del lenguaje.

El lenguaje simbólico en cuanto a su función de enunciación tiene una
estructura dependiente del nivel de conceptualización que
enuncia...si lo que enuncia son conceptos empíricamente muy bien
determinados, como el concepto de manzana o de estrella, entonces
puede mantenerse muy cercano al nivel sígnico con todos sus elementos
técnicos cargados de significación...se trata de un lenguaje icónico
representacional...la enunciación pasa aqui por mera designación.
Pero cuando de lo que se trata es de conceptos mas elaborados, no muy
bien determinados...como el concepto de armonía, la enunciación exige
una superación del nivel sígnico y una ingresión del concepto en
campos conceptuales que lo sostengan y complementen su
interpretación...aqui es donde la metáfora entra a tallar fuertemente
como el movimiento fundamental del lenguaje simbólico.

Esto no es todo...hay que recordar la importancia que tiene el
alfabeto como técnica simbólica. A diferencia de las formas
anteriores de codificación, la tecnica alfabética implica elementos
técnicos no significativos, puramente mnémico-cerebrales, las letras,
cuya arbitrariedad simbólica no sígnica permite a la mente individual
poner en juego muy fuertemente su autonomía creativa en la creación
de conceptos...No es casualidad que la alfabetización haya acompasado
el surgimiento de la mentalidad filosófico-científico-técnica
occidental...sobre todo técnica. La tecnología, es decir, la técnica
conceptual y conceptualizante, la sincronía entre lógica y tecnica,
emergió con la alfabetización.

Comentario de María Vidal el enero 9, 2010 a las 5:37pm Fernando, leí con mucho interés tu trabajo que entiendo que se enmarca más dentro de la Semiótica o Semiología, que estudian todos los sistemas de signos o códigos.
El lenguaje humano, es específico y diferente. Comenzó muchos siglos antes de la aparición de la escritura. Señalo esto aquí, y me entusiasmaste para escribir en artículo aparte la caracterización del lenguaje humano y la relación entre dos códigos con elementos comunes pero diferentes entre sí: el de la oralidad y el de la escritura.

Un abrazo, María

Comentario de José Luis Ramírez el febrero 7, 2010 a las 4:23am Fernando: Me interesa mucho tu artículo. María tiene toda la razón. El planteamiento es semiótico o semiológico, cosa que tú no has negado. Y me animas también a escribir un texto, más bien que un comentario en el que quisiera tratar de distinguir la concepción semiótica de la concepción retórica del lenguaje, un tema que me viene calentando la cabeza en un diatriba sostenida en otro foro. La comunicación es algo en lo que participan muchas especies, hasta el delfín y el perro. Pero el lenguaje es una forma de comunicación articulada de un modo especial. Y el lenguaje escrito es ya, comodice María, algo más avanzado (Walter Ong: Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra). La semiótica parte del significante al significado. Y como significante se toma el signo o símbolo. Para la retórica yo diría que "significante" no es un sustantivo cualquiera, sino un sustantivo verbar. El significante (o significador) es el ser humano que usa el signo. La discusión se desliza entonces a otro terreno. Es ahí donde cabe hablar de intención. Volveré más despacio.
Un abrazo

Comentario de María Vidal el febrero 7, 2010 a las 11:51am Qué bueno lo que anuncias, José Luis. Comparto la distinción que haces entre la dimensión semiótica del lenguaje, a la que refiere Fernando, y la dimensión retórica, de la que me consta eres profundamente conocedor y apasionado. Ya intercambiamos bastante en torno al tema que ahora dices "te calienta la cabeza" como para escribir un artículo que aporte a la Red esa dimensión relativa al hablar humano como actividad , esos "actos de habla" con intencionalidad siempre.
En las últimas décadas, esa disciplina y enfoque que se emparenta con pero que se separa de la Retórica clásica, se han revivificado y adquirido esta nueva trascendencia. Los estudios de Retórica e Ideología, por ejemplo y los que sé que tú has llevado adelante en cursos específicos. Todo un campo más que nuevo, interesante y que espero plasmes en estas páginas, aunque "vuelvas despacio".

Mis cordiales saludos, María

Comentario de F.G.A. el febrero 7, 2010 a las 5:11pm En la interacción humana, José Luis, subsisten todas las profundidades anteriores del lenguaje (lenguaje en sentido amplio y hasta que un nuevo término no venga a ocupar este espacio terminológico, ¿podriamos decir "conector comunicativo" y reservar la palabra lenguaje para el caso humano?)...A ver, de nuevo...

En el caso humano subsisten y subyacen las profundidades biológicamente previas de la conexión comunicativa...por lo cual la comunicación humana nunca, ni aún en los casos más estrictos de tecnificación telecomunicacional, deja de estar impregnada y subsumida en conectores comunicativos más elementales, más primitivos...que conectan al nivel de las irracionalidades, la emotividad, la voluntad expresada con brutalidad lo menos mediada posible. La articulación simbólica (¿podemos decir esto, creamos términos?, después de todo a veces los filósofos deben dedicarse a esta tarea por carencias de los términos existentes)...es un ápice de la mente humana, ápice que sin estar aislado podemos decir también que tiene jerarquía y limitaciones respecto de las conectividades más profundas. Digamos esto último así...si consideramos que el lenguaje humano es más expresivo cuando mayor es la implicancia en él de las conectividades primitivas (señales, signos burdos de la pasión y el deseo, etc.) e inversamente más técnico cuanto más se aleja de esas formas comunicacionales para restringirse a la labor simbólica de expresión de resultados instrumentales...entonces al tiempo que notamos en la tecnificación del lenguaje su jerarquización y potenciación telecomunicacional...¿prefigura el alfabeto la digitalización informática?...notamos su empobrecimiento, su abstracción cada vez mayor para la expresión profunda de los deseos, pasiones, sentimientos, emociones...con lo cual se ensancha eficazmente pero se esteriliza vitalmente.

Un abrazo, Fernando

Comentario de José Luis Ramírez el febrero 8, 2010 a las 2:02am Fernando: No entro aquí a comentar lo que planteas en tu último comentario porque eso me lleva a profundidades o elementareidades que me han ocupado tanto tiempo que si empiezo a explicar y deshacer entuertos se convierte casi en un libro. No soy capaz de poner en claro en unas pocas líneas algo que esta tan sumamente confuso, puesto que afecta a un ámbito de nuestra experiencia y nuestra realidad que es imposible estudiarlo sin al mismo tiempo estar mezclándolo. El lenguaj es como una cárcel y es imposibe verla sin saltarse las paredesde la propia cárcel con la sábana de la misma cárcel. Hay quien dijo que es impósible nombrar la metáfora sin cometer con ello una metáfora. Ya que "metáfora" viene del griego que significa "traslado". Esa afirmación con la que uno trata de hecerse el listo y mostrar que domina su dominia de la lengua, que sabe hablar del hablar, tiene un error. Si "metáfora" significa "traslación", la palabra "metáfora" no es una metáfora sino una metonimia. Pues la palabra "metáfora" es el resultado de una traslación, no la misma traslación.
Estoy simplemente ponendo de manifiesto lo difícil que es tratar de aclarar cuestiones básicas de lenguaje, ya que para eso hay que usar el mismo lenguaje y eso nos atrapa de nuevo imponiéndonos las condiciones de la cárcel que tratábamos de abandonar.
Hacer un comentario como es debido de las cuestiones que planteas me llevan a escribir un texto largo y dilucidatorio de toda otra serie de ellas.
Fíjate que la misma palabra "lengua", que es el órgano que tenemos en la boca, nos enreda ya en cuestiones metalingüísticas que nos desvían de lo que estábamos estudiando, para estudiar el estudio de lo que estábamos estudiando. "lengua" para el acto de hablar no supone cometer una metáfora ("no es una metáfora" dicen todo equ+ivocamente) sino cometer una metonimia, ya que la traslación de significado no se hace por analogía sino por la relación que asocia al organo bucal (lengua) con uno de sus papeles (!) principales: el acto de hablar.
Qué es la Retórica? that is the question

Comentario de José Luis Ramírez el febrero 8, 2010 a las 2:07am Para salir al paso de un comentario que yo mismo haría a lo que he dicho anteriormente: cuando hablo de que metáfora significa en griego traslado, me veo usado a utilizar la palabra traslado que a su vez también es el resultado de una metáfora o una metonimia. Nótese eso de "tras-lado" y preguntémonos como ha derivado el castellano esa palabra de otras. Y la palabra metonimia se utiliza metafóricamente a partir de lo que en girego significaba "cambio de nombre" (meta nomos). Es decir que explicar el sentido conduce a un regreso al infinito. Habría que llegar a un grupo reducido de raíces significativas primeras, las primeras que se usaron por razones onomatopéyicas o por otras razones, ya analógicas o asociativas. No nos liberamos nunca de las gafas para poder explicarlas.

Comentario de F.G.A. el febrero 9, 2010 a las 10:17am
Si consideramos lo que dije anteriormente, José Luis, es decir, que la conexión comunicacional tiene formas diversas y que el conector humano...la expresión simbólica...es una forma últerior en el desarrollo evolutivo de la conciencia...entonces el lenguaje no es una pura autorreferencia cuando a través de él el pensamiento se refiere al lenguaje...más bien es una referencia que hace el pensamiento desde la profundidad de la conciencia y envuelto en formas expresivas más antiguas hacia la forma en que llega a liberarse de lo meramente biológico para alcanzar la tecnicidad, la articulación analítica de la expresión en partes objetales. Lo que es autorreferencial es el sujeto reflexívo en la reflexión sobre si mismo...pero el lenguaje es un medio, un conector, una forma de circular la interacción comunicativa entre los seres humanos...un medio que tiene la instrumentalidad necesaria para catalogar objetalmente según su propia articulación los entes que entran en la fabricación humana, en la construcción humana de la artificialidad. Aquí se encuentra la metonimia, justamente, José Luis, en creer que el lenguaje es "el que hace la referencia" cuando "el que hace la referencia" es el pensamiento por medio del lenguaje. Y aquí vuelvo a recordar que el pensamiento existe independientemente de su expresión simbólica pues el pensamiento es preacción humana y los movimientos humanos hacia la construcción-fabricación no siempre se simbolizan pero siempre se piensan.

Un abrazo, Fernando

Comentario de José Luis Ramírez el febrero 9, 2010 a las 2:58pm Fernando: Comienzas tu comentario diciendo: ”En mucho estaré de acuerdo...” que es una manera más discreta de decir “Algo hay en lo que dices ... pero no mucho”. E insinúas a continuación que no me doy cuenta de lo que implica la naturaleza del lenguaje con una afirmación comparable con mi ejemplo de “Eso es idealismo...” de un comentario mio precedente. Noto especialmente la palabra “sino” que es sumamente significativa, aunque se esconda en la frase. Me atribuyes algo que no es mío, sin demostrarlo. Pues mi mensaje trataba justamente de la “naturaleza del lenguaje”, la cual supone complicaciones. Si yo le digo al médico que tengo fiebre y me dice que lo que quiero decir es que tengo dolor de cabeza, me parece que eso es marear la perdiz. Hablas de “lenguaje (humano)”. Quizá deba de aclarar también (una vez más de los cientos de veces que lo he hecho) que yo considero el “lenguaje” como el medio de comunicación exclusivamente humano, siguiendo la explicación aristotélica en la Política {1253a 7-18}a la cual me adhiero totalmente. Hablas a continuación de una “discrepancia” que debe ser con otro, no conmigo. Lo que pasa es que nos gusta distanciarnos, aunque sea ficticiamente, para que nos saquen la foto. Si la discrepancia consiste en que yo no crea que es el pensamiento – y “no el lenguaje (simbólico)” –
el que hace la autorreferencia, estás tratando de que mire a otro lado para robarme la cartera, que es lo que hacen todas las inevitables metonimias del lenguaje y, concretamente, de la palabra lenguaje. Que estás acusándome de ser tonto se ve a la “lengua”. Pues cuando alguien es tonto decimos que “no distingue”. Saussure se vio obligado a distinguir Langue y Parole. Y Cicerón aclaraba la concepción aristotélica diciendo que LOGOS (que unas veces se entiende como pensamiento y otros como palabra) es propiamente Ratio et oratio. La lengua (que aparte del órgano bucal denomina distintamente al instrumento) es lo que posibilita el pensamiento dándole estructura. Sin lengua no podríamos pensar. Eso es lo que hace al lenguaje ser distintivamente humano. Lenguaje y pensamiento son distinguibles pero inseparables (distingo entre lo distinto y lo separado), que es lo que afirmaba Saussure al hablar del significante y el significado como dos lados constitutivos del lenguaje.
Y Sexto Empírico, que fue el que distinguía más claramente a estos dos elementos de la racionalidad (humana naturalmente), afirmaba que “el lenguaje es como la escalera que nos sirve para subir a lo alto del pensar, y una vez arriba podemos darle una patada y deshacernos de él”. Es una frase poética que se las trae. Entendemos lo que quiere decir. Podemos distinguir pensamiento y lenguaje? Yo distingo entre dos tipos de distinciones (permítaseme la paradoja). Distinción precisiva y distinción positiva. La distinción entre lenguaje y pensamiento es precisiva, no positiva. No podemos mencionar a la una sin que la otra esté también presente. Hay un artículo muy mencionado que está a punto de traducirse al inglés y que creo que conocerás: “Arte de hablar y arte de decir”.

Comentario de José Luis Ramírez el febrero 9, 2010 a las 3:12pm Al mencionar a Saussure y aludir a la distinción que él establecía entre Significante y Significado tenía el propósito de mencionar sobre todo la distinción etntre Langue et Parole, pero se me pasó. Una cosa es el sistema de signos usado y otro la acción de usarlos. Y en qué medida podamos distinguir positivamente (no precisivamente, como aspectos de una misma realidad) el hablar del pensar no es nada fácil.

Comentario de F.G.A. el febrero 9, 2010 a las 5:32pm Si, pues, José Luis, hablas de la naturaleza del lenguaje...y ese es el punto y de esto me ha gustado seguir charlando contigo...siguiendo una ya vieja discusión entre nosotros...si hablas de la naturaleza del lenguaje cuando dices...

"El lenguaje es como una cárcel y es imposible verla sin saltarse las paredes de la propia cárcel con la sábana de la misma cárcel."

y en eso me detengo y a eso iba mi comentario...entonces interpreto que entiendes que para referirse al lenguaje es necesario el lenguaje. Y no discrepo, claro...y por eso he dicho que no hay lenguaje sin autorreferencia (lo cual comprende y tal vez amplia el asunto). Ya ves, no corro al desacuerdo...sino que como he dicho, "en mucho estaré de acuerdo". Mas luego, simplemente, he querido señalar que la referencia del lenguaje al lenguaje cuando éste es el objeto de estudio no es una "referencia hecha por el lenguaje" sino por el pensamiento...y ahí, precisamente, está la puerta de la cárcel.

Pero como no quiero reiterarme y no vale la pena...veré si puedo decir lo que pienso a este respecto...limitándome ahora a hablar del lenguaje como exclusivamente humano...que para eso habia sugerido el termino "conector comunicativo" aunque quien sabe si los delfines, las abejas y las hormigas lo tengan en cuenta.

Digo pues...he ahí el martillo...y diré que el martillo, al igual que el lenguaje, es un medio, un instrumento, una mediación entre el hacedor y su tarea. Asi pues el que sostiene el martillo es el hacedor, así como el que habla es el sujeto pensante (la actividad pensante, el pensamiento, pues el sujeto está en la acción)...mientras que la tarea son golpes y sus resultados...el uso lingüistico. He aqui mi analogia: Sujeto pensante=El que martilla, Lenguaje=Martillo, Uso lingüístico=Acción y resultado de martillar.

Una vez establecida mi analogía casera resta aún considerar aquello de la autorreferencia. Si con el lenguaje nos referimos al lenguaje...del otro lado de la analogía...con un martillo golpeamos un martillo...¿Es esto posible? ¡Por supuesto que si!. Aunque, claro, es más útil seguramente referirse al lenguaje con el lenguaje que martillar un martillo...¿o no? ¿Acaso el herrero no necesitará de un primer martillo para moldear un segundo martillo en la fragua?. Pero...me detengo...un martillo no es lo mismo que "El martillo"...sino un ejemplar del martillo. Así pues...en lugar de hablar del lenguaje y nada más para extendernos en este punto debemos usar otro término...sea el término "discurso". Un discurso, digo, es un ejemplar de lenguaje, así como un martillo es un ejemplar del Martillo. Y así como un martillo puede golpear a otro martillo, un discurso puede referirse a otro discurso sin que en ello haya dificultad ni trance alguno...Tu puedes hacer un largo comentario y yo puedo hacer un análisis de tu comentario...con lo cual el lenguaje se refiere al lenguaje pues un discurso (mi análisis de tu comentario) se refiere a otro discurso (tu comentario). Aquí podemos introducir el termino metadiscurso (pues del termino metalenguaje podemos ver aquí sus dificultades e inadecuación)...diciendo que el discurso A al referirse al discurso B es un metadiscurso del discurso B. La autorreferencia del lenguaje viene a ser según esto el martillar de los martillos sobre los martillos en la fragua...o lo que es lo mismo...la sucesión de discursos que se refieren unos a otros metadiscursivamente. Y yo he dicho, y en eso sospecho que no discrepo contigo, que el lenguaje es siempre, de algun modo autorreferencial...porque hasta en este momento, mientras intercambiamos comentarios, mis comentarios se refieren a los tuyos y a los que anteriormente hice y tus comentarios a los mios y a los que anteriormente hicistes...con lo cual quiero decir que ningun discurso permanece cerrado sino que siempre está abierto metadiscursivamente hacia lo que Marcuse llamaría "universo del discurso"...que es el universo del lenguaje en la perspectiva de ese discurso.

Por lo tanto jamás he dicho que discrepaba contigo en lo principal...la necesidad del lenguaje para referirse al lenguaje...sino que he puntualizado que la autorreferencia no la hace "el lenguaje" así como el martillo no es el que martilla...es decir...el martillo no puede ser identificado con el herrero y del mismo modo el lenguaje no puede considerarse un sujeto de la acción sino solo un medio del pensamiento para alcanzar a sus fines simbólicos. Con lo cual, volviendo a la cuestión, es el pensamiento el que realiza la autorreferencia...yendo de un discurso a otros, estableciendo discursos sobre discursos metadiscursivamente, incluso creando universos discursivos enteros y hasta opresivos si de totalitarismo se trata. Con lo cual la única prisión posible para el pensamiento no es prision lingüistica sino prisión del pensamiento...pues el pensamiento puede crear sus propias cadenas...y sin embargo...también puede destruirlas en tanto y en cuanto él es su autor.

Un afectuoso abrazo, Fernando

Comentario de María Vidal el febrero 9, 2010 a las 7:22pm He seguido este intercambio con mucho interés y siempre pensando-con lenguaje que la relación entre lenguaje y pensamiento ha sido problemática y problematizada desde los griegos antiguos así como la existente entre "las palabras y las cosas" citando la expresión de Foucault. No considero al lenguaje como un instrumento del pensamiento, comparable a un martillo que es herramienta o instrumento para cumplir con una tarea decidida, la que podría realizarse con cualquier otro objeto más o menos duro o pesado: una piedra, un garrote, una maza,cualquier objeto que pueda funcionar como instrumento para la finalidd perseguida.
En el lugar del lenguaje no encontraríamos NADA que pudiera sustituirlo, cumplir su o sus múltiples funciones, que no se reducen a la de comunicar.
Roman Jakobson, siguiendo a Karl Bühler estudió lo que llamó las "Funciones del lenguaje", y consideró la existencia de seis. Posteriormente otros autores como Eugenio Coseriu y otros hablaron de más funciones de los enunciados y discursos.
El comunicar o comunicarse, requiere al menos de dos actores o hablantes, que manejan un código compartido, en un determinado contexto o situación, para transmitir un mensaje, usando cierto canal. Jakobson afirma que se prioriza unas veces al emisor y otras al receptor, así como al propio código o lengua utilizada, al contexto en que se produce, al canal de la comunicación o al mensaje transmitido Cuando el discurso humano se inclina hacia el emisor, Jakobson dice que se cumple lo que denomina Función emotiva (o expresiva), cuando se inclina el discurso al receptor, se cumple la Función Conativa (o apelativa), cuando el centro de la orientación es el contexto (mundo) se cumple la Función Referencial, cuando el discurso posee el fin de iniciar o mantener el contacto,o sea, se inclina hacia el Canal de comunicación, simplemente, Jakobson dice que se cumple la Función Fática del mismo modo, cuando el discurso o enuncido se inclina u orienta hacia el Código utilizado se cumple la Función Metalingüística del mismo,y por último cuando el discurso se orienta hacia él mismo como Mensaje, se cumpliría la Función Poética (la que más interesó al autor) Tenemos en este planteamiento seis funciones, vinculadas cada una al Factor de la Comunicación sobre el que se incline el discurso: Emisor, Receptor, Código, Canal, Contexto o Mensaje. Nos dice también Roman Jakobson que estas funciones no se cumplen nunca de manera exclusiva, que pueden convivir en un enunciado pero que siempre una de ellas prevalece o predomina.

Existe una relación compleja entre lenguaje y pensamiento, que estudia la Lingüística Cognitiva y otras, que nos dicen que no puede afirmarse que el pensamiento preceda al lenguaje o viceversa. Ambos se interpenetran y poseen un entramado que tiene que ver con esa dificultad de la que habla José Luis: pensar el lenguaje, conceptualizarlo, referirse a él... que no es hablar únicamente del código (sistema de signos) sino de su puesta en acto, sólo puede hacerse con lenguaje. La intencionalidad a la que ha referido Fernando en su inicial artículo, está en el pensamiento y en el lenguaje, no es que únicamente se exprese "a través" de él usado como mero instrumento. Muchos poetas han sentido y expresado de diferentes maneras esta certeza: “el lenguaje habla por mí” o “soy hablado”, “Yo es otro”...
Creo que haría falta, ahora que nos metimos en estos asuntos, otro artículo de Pragmática que refiera a los "actos de habla" y al “lenguaje en uso” en sus ámbitos diversos, entre interlocutores diversos, al lenguaje "vivo". El antropólogo, lingüista y estudioso de la cultura, el ruso Mijaíl Bajtín ya afirmó entre los años '20 y '30 que el enunciado y hasta el signo lingüístico no son neutros sino que son dialógicos e ideológicos: siempre responden, comentan, se vinculan a algo dicho antes por alguien del mismo o diferente grupo o clase social.
Es un tema muy rico y apasionante que merece un tratamiento más extenso y riguroso. Confieso que me tienta acometerlo, a la luz de este rico intercambio.

Mis cordiales saludos, María

Comentario de José Luis Ramírez el febrero 9, 2010 a las 11:13pm Bravo, María. Has sacado a relucir varios autores de los que mejor han penetrado la paradójica realidad del lenguaje. Aun cuando naturalmente cada uno de ellos hace descubrimientos extraordinarios y pierde de vista alguna cosa. Pues cuando encontramos un camino interpretativo solemos aobcecarnos un poco en él. Jakobsson fue quien me puso en órbita en el camino de la metonimia aunque fue Lacan el que me dio la referencia. De la lógica antigua no debemos olvidar los estoicos. No olvidar a Bachtin me parece también valioso.
Por supuesto que el lenguaje no es como las herramientas que cogemos con las manos y que son perfectamente separables de su función. A mi la misma palabra "herramienta" (una construcción semántica hispana demasiado burda) nunca me ha ca+ido bien. Trato a menudo de evitarla y prefiero decir "instrumento". Pues mi problema es que a mi nunca se me mueren las metáforas. Es imposible deshacerse del pensamiento cuando decimos "lenguaje". Lo del loro son palabras pero no es lenguaje. Lenguaje es el concepto integral más expresivo de lo humano.
Tan integrados están que lo más problemático es eso de "metalenguaje". Siempre me pareció pretencioso el uso de este término, ya que trata de salis´rse del lenguaje para hablar de él, cosa que es imposible. Yo suelo mostrarlo escribiendo "Metalenguaje" en cima de "Lenguaje" y me pregunto si el hablar de esa relación no es algo que objetiva a ambos y que debería denominarse con un tercer término: "Flancolenguaje" (Lenguaje lateral) o algo así. Lo cual supone que estamos creando un nuevo nivel externo que necesitará otro meta- meta-meta-nombre en un regreso al infinito. Lo mejor es aceptar que no podemos salir de la cárcel del lenguaje. La pretendión de levantarse de sus propios pelos ha sido propia d e diversos filósofos. Hegel veía la contraposición entre tesis y antítesis y la slavaba con la síntesis, que es un esquema explicativo paralelo al de la metalingüística. Pero Kierkegaard (o Unamuno) se ríen de eso. Si no conocéis la obra "Ovetenskaplig efterskrift", que significa algo así como "Epílogo a-científico" os lo recomiendo. Para Kierkegaard no hay síntesis superadoras. Hay que aguantarse i vivir encerrado en la paradoja. Que noes más que una imagen de la propia existencia humana.
Unamuno tenía una insignia de una asociación a la que sólo él pertenecía. "Si se la pone otro, me la quito yo", decía.

Comentario de José Luis Ramírez el febrero 9, 2010 a las 11:29pm Quizá tenga necesidad de aclarar que el separar tratar de colocar al penamiento fuera del lenguaje es como tratar de decir que el cocinar algo no implica lo cocinado. Por supuesto que necesito artículos comestibles para poder cocinar. Pero esos artículos, como las palabras y sonidos utilizados por el lenguaje, no son separables del pensamiento, sino lo que hace posible a este ser pensamiento, que es una estructura, no una mera metrialidad. La separación de pensamiento y lenguaje es simplemente precisiva, es decir no es separación propiamente dicha. Lo fantástico es que podamos llegar a una situación en que las palabras se borren de nuestra memoria, pero el pensamiento siga claro. Es en este camino en el que surge la diferencia entre la lógica o filosofía racional y la mística. El entendimiento (NOUS) llega a convertirse en la luz cognoscitiva orientadora. San Juan de la Cruz diseña el camino hacia lo alto del monte Carmelo (el camino hacia la santidad) lleno de vericuetos y elecciones. Pero una vez llegado a lo alto aparece un cartel que dice: "Por aquí ya no hay camino, pues para el justo no hay ley". Esa narración poética, aun cuando no seamos creyentes, es mwetafórica de lo que significa el camino del conocer. Aristóteles distinguía el LOGOS del NOUS. El primero es humano y el segundo es divino y carece de estructura. El ser humano también tiene nous que a veces denominamos intuición. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar" pero cuando ya está hecho; "al volver la vista atrás, verás la senda que nunca has de volver a pisar" (Machado) . Hegel denominaba síntesis a esa atalaya superadora. Todo es ya poesía, no lógica.

Comentario de F.G.A. el febrero 10, 2010 a las 1:28am Bueno...me das pie en este punto, José Luis, para contestarle a su vez a María. Pues lo cierto es que, como dejo dicho en el artículo que agregue recién en el foro de discusion (Enlace:Las raices conceptuales) los conceptos no surgen de su definición por medio de otros conceptos sino que las definiciones son postreras y secundarias respecto de la captación intuitivo-experimental que los genera y que yo llamaría nocionalización conceptual...por lo cual el primer movimiento del pensamiento por el cual se generan los conceptos y son nombrados...no es un movimiento del lenguaje. Sea por ejemplo el concepto de mesa...¿como es adquirido por un niño? Pues lo adquiere quizás mucho antes de que la palabra mesa sea pronunciada por la función que ella desempeña en su vida...y si alguien se la señalase diciendo "mesa" sin que él tuviera la experiencia de su función pues para él no sería más que otro objeto con otro nombre...olvidable el objeto y olvidable el nombre...y esto bien lo deben saber los educadores...que si no hay experiencia propia de los conceptos que se pretende transmitir los educandos no los adquirirán verdaderamente ni aún cuando se den de ellos las definiciones. Pero para no complicar y ser explicito en lo que digo consideremos este sencillo ejemplo...la resolución de un rompecabezas. Damos a un niño las piezas, le mostramos una imagen y le sugerimos haciéndolo y sin palabras la tarea de colocar las piezas de tal manera que se reproduzca la imagen. Esto es sencillo de hacer y no será, en el caso de un niño, un ejercicio de imitación sino de auténtico pensamiento sin necesidad de palabras...pues habrá análisis, sintesis, busqueda de correspondencias, concatenaciones, analogías...etc, etc. y todo actuando simplemente con las manos en la interacción mano-cerebro que es mucho más necesaria al pensamiento que la interacción entre el cerebro y la lengua. ¡Sé puede pensar sin palabras así como no es necesario hablar o discurrir diciendo "esta pieza va aqui, esta pieza va allá" cuando nos entretenemos con un rompecabezas. Un ejemplo más basto es la construcción de un castillo de arena...y estoy seguro que cuando invité a mis hijos la primera vez en una playa uruguaya a hacer un castillo de arena lejos estaban de entender qué era un castillo...y solo adquirieron la idea por la experiencia concreta de construir un "castillo-de-arena" y no a partir de la idea de castillo, que es más lejana, compleja y alejada por completo de su experiencia. Hace un castillo-de-arena, por otra parte, es una tarea pensante pero que puede realizarse en silencio...con ágiles manos.

Si un antropólogo entrara en esta discusión quizás diria...en efecto, no hay desarrollo humano si no hay manipulación...y esto quiere decir, ahora digo, que no hay pensamiento sin manos...lo cual es mucho más cierto, profundo y elemental que decir que no hay pensamiento sin lenguaje...lo cual, sin embargo, también es cierto, porque los cerebros humanos son interactivos, dialógicos...continuamente conectados en red de tal modo que la suspensión prolongada del uso lingüístico en un individuo puede dar lugar a la descomposición mental...

Con esto solo quiero aclarar que el lenguaje es, en efecto, un medio, un medio para el pensamiento en un aspecto que le es imprescindible, es cierto, y por lo tanto un medio imprescindible...la comunicación de un cerebro humano a otro...pues el pensamiento humano ciertamente no es UN MONÓLOGO AISLADO sino una actividad interactiva entre individuos comunicados, en comunidad. Pero que el lenguaje sea imprescindible al pensamiento no quiere decir que el pensamiento no existe sin lenguaje...asi como que un herrero no pueda ser en efecto herrero sin sus herramientas...no significa que sin sus herramientas el herrero no exista.

Todos tenemos algo de herrero...

Un saludo afectuoso, Fernando

Comentario de María Vidal el febrero 10, 2010 a las 2:03am Bien interesante lo que aportas, José Luis y me alegro de que coincidas con mi postura en lo que refiere a diferenciar al lenguaje de una herramienta e incluso un instrumento. Me satisface también haber traído, a propósito de esta relación compleja, a los autores que enfocan diferentes aspectos de ese lenguaje en uso, funcionando, en un concreto "acto de habla". Olvidé mencionar a Austin y Searle y su aporte a los estudios pragmáticos del lenguaje. Sí Jakobson, sí Bajtín, sí Coseriu, en sus trabajos posteriores a la etapa saussureana... Mucho se ha producido en torno al texto y/o discurso como objeto de estudio, vale decir al lenguaje proferido o escrito con intencionalidad y donde interesan además de sus elementos constitutivos, la coherencia, la cohesión y la adecuación como propiedades del texto postuladas por Hallyday y Hasan en su obra "Cohesion in English".
No coincido en una afirmación que haces:

"Lo fantástico es que podamos llegar a una situación en que las palabras se borren de nuestra memoria, pero el pensamiento siga claro."

Insisto en que el pensamiento no puede ser "claro" sin el lenguaje. Tal vez te refieras a esa "noción" de la que habla Fernando considerándola como previa al concepto (en otro artículo en Foro de esta Red) Una nebulosa, una bruma, pero no conceptos claros, no sin palabras que los sustenten. Creo que ha sido una manera de expresarte ya que -de acuerdo a todo lo que manifestaste- no me parece que puedas sostener esto que cito; lo percibo como contradictorio. La intuición es -creo- otra cosa, sí un camino más para el conocimiento como dices, refiriéndote a la metáfora "de lo que significa el camino del conocer".

Gracias por tu "Bravo!", que tal vez deberíamos dejarnos expresar nosotros más a menudo. Me siento muy halagada proviniendo ese aliento de alguien tan conocedor de temas lingüísticos, retóricos y filosóficos como tú. Yo soy apenas una apasionada docente que aprende cada día algo nuevo, que acepta equivocarse y que está siempre abierta al aporte, más si proviene de alguien con tu formación y trayectoria.
Disfruté mucho de este intercambio a tres voces. Esperamos tu artículo sobre Retórica. Yo veré de escribir algo más pormenorizado sobre Pragmática, dimensión que quedó en el debe en mi artículo: "El lenguaje humano: un código específico"
En cuanto al verso de Machado q citas, creo que allí asoma "la differánce" derridiana
Este autor tampoco considera superación alguna como sí lo hace la "dialéctica" hegeliana.Da para mucho más...

Un cordialísimo saludo, María

Comentario de José Luis Ramírez el febrero 10, 2010 a las 6:27am Sí, Fernando, la misma palabra ”concepto” está emparentada con la “concepción” que supone parto y nacimiento. Y yo la palabra “definición” la tengo, si no porhibida, restrictivamente vigilada. Pues “definir” tiene que ver con límite. Y no podemos comenzar por definir, como hacen tantos sabiondos. Reacciono por otra parte contra expresiones aparentemente intelectuales como eso de “nocionalización conceptual”, que es bastante abstrusa y un poco pleonástica. (Si hubieras dicho “nacionalización conceptual”, la habría calificado de “pleonazi” ha, ha! – Un poco de chacota no viene mal en el forro del foro).
Los niños aprenden palabras en parte con la señalización digital, como el ya viejo Crátilo del que habla Platón. Pero no entienden bien el lenguaje sin llegar a comprender la función. Según Lacan hay un momento llamado “estadio del espejo”, en el cual yo incluiría el límite hacia la comprensión del lenguaje. Pero los padres se empeñan en que el niño no entienda el lenguaje por lo que propiamente lo justifica, sino de manera dictatorial. “Eso no es un juguete” le dicen al niño que está jugando con un cuchillo. Que bestias somos! Si un juguete no es aquello con lo que jugamos, que venga la RAE y lo vea.
Claro que la mano significa más que la lengua. Se ve a la lengua. Uno puede ser mudo y no dejar de ser humano. El tema de la importancia de la mano para la racionalidad se declaró hace algunos decenios y parece que se ha dado por totalmente supuesto y olvidado. Es bueno recordarlo. La mano es instrumento de la racionalidad, pero no llega a ella sin el lenguaje, que no tiene que ser un lenguaje sonoro, si es articulado. Lo que hace a los monos acercarse más a la racionalidad humana es justamente el poder erguirse y utilizar las manos. Pero no alcanzan a articular su comunicación. El lenguaje es la muestra de que somos racionales, no propiamente su causa. Y desarrollamos la racionalidad con el lenguaje. Y aunque el lenguaje hablado no sea lo absolutamente racional, si no se hubiera desarrollado el lenguaje hablado, andaríamos todavía lejos y un poco asimiados. Pues aunque los sordomudos no pueden usar el lenguaje hablado, su nivel de competencia lingüística se nutre de la de los hablantes. Cuando estudiaba magisterio tuve la experiencia de comunicar incluso con un sordomudo ciego y percibir a qué nivel pueden llegar. Aquel muchahco seguía la música del piano por las vibraciones en las manos.
La base de la creación de conceptos es la metáfora, pero a eso ya volveremos. Como ves soy más riguroso en lo de la significación del lenguaje para la racionalidad. No confundamos la causa con el resultado. Y sin diálogo no hay lenguaje, pues dia logos no significa que dos hablen (lo cual se denominaría “duólogo”, no diálogo). En mi monólogo también llevo a cabo un diálogo. Jamás dialogo mejor conmigo mismo que cuando estoy escribiendo un texto.

En casa del herrero, cuchillo de palo

Comentario de José Luis Ramírez el febrero 10, 2010 a las 6:35am A Maria Vidal.
Olvidé de rogarte en mi último comentario, que echaras (si puedes) un vistazo a Eduardo Benot. Su "arquitectura de las lenguas" son tres tomos y su "Arte de hablar. Gramática filosófica de la lengua española" uno. Quizá sea difícil de encontrar, pero no imposible. Es bueno que ensalcemos los nombres hispanmos que merecen la pena.
En cuanto a tus dudas sobre "conceptos borrosos", que pierden el lenguaje, te diré que ya te llegará la hora de experimentarlo por tí misma. No son los conceptos los que se hacen borrosoa, sino las palabras.Yo sé bien de lo que hablo por lo que la edad me está imponiendo desde hace apenas un par de años a esta parte. Llegará un día en que sepa lo que pienso pero se me haga imposible formularlo. El problema de la afasia no es muy conocido por los habladores. Y no hace falta padecer un stroke para ello, Maria. Yo entiendo hay día lo que es el lenguaje mejor que nunca, porque veo lo que supone cuando el lenguaje se borra, aunque sabes lo que quieres decir (lo tengo ne la punta de la lengua, decíamos). Hay viejos bilingües que al final de su vida pierden una de las dos lenguas.

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